Se caracteriza por un patrón de forma de ser dominado por inestabilidad emocional, inestabilidad en las relaciones personales y la autoestima.
Estas condiciones llevan a la persona a presentar muchas dificultades en sus relaciones personales y a tener cambios bruscos de estado de ánimo, con ataques de ira inapropiada, conductas impulsivas dañinas para su salud (adicciones, compras compulsivas...) y en general una sensación de vacío existencial que genera un significativo sufrimiento psicológico en el/ella y en las personas que la rodean.
Son muy patentes sus conductas autodestructivas, por lo que en este tipo de cuadros es fundamental un apoyo terapéutico dirigido al autoconicimiento y la autogestión personal.
Según el DSM-IV, la característica esencial del trastorno límite de la personalidad es un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la auto-imagen y la afectividad, y una notable impulsividad que comienza al principio de la edad adulta (adolescencia) y se da en diversos contextos.
Presentan cambios bruscos y dramáticos de la auto-imagen, caracterizados por cambios de objetivos, valores y aspiraciones personales o profesionales. Se aburren con facilidad y están buscando siempre algo que hacer.