La esquizofrenia se presenta normalmente entre los 15 y los 25 años y por eso el primer nombre de esta enfermedad era demencia precoz.
Los síntomas se dividen en dos clases, los positivos y los negativos. Síntomas positivos son delirios y alucinaciones. El nombre positivo se refiere a actividad, no a algo "bueno". Los síntomas negativos son así nombrados porque "falta" algo, ya sea relaciones sociales, movimiento, emociones, etc. Es mas difícil reconocer los síntomas negativos porque son exageraciones de características normales de la personalidad. Los síntomas positivos son fuera de lo normal y por lo tanto fáciles de identificar. Los enfermos que prometen mejor recuperación y mejor funcionamiento con la enfermedad son aquellos cuyos síntomas son mayormente positivos, cuyos síntomas aparecieron repentinamente y rápidamente, y que antes de enfermarse funcionaban bien en el mundo.
Hay muchas categorías de esquizofrenia; diferentes síntomas se destacan más en cada una de las categorías. En otras enfermedades mentales las categorías se clasifican de acuerdo a sus causas. En esta enfermedad eso es imposible ya que las causas no son bien conocidas. El DSM-IV identifica cuatro categorías principales y una categoría "residual" y da una lista de las características principales de cada categoría. Para todas las categorías, por lo menos un área de funcionamiento (social, ocupacional, etc.) importante debe ser afectado y los síntomas deben haber estado presentes por lo menos seis meses.
La primera categoría es esquizofrenia tipo paranoide. Para los pacientes con este tipo, los síntomas principales son delirios o alucinaciones auditivas frecuentes. Los delirios en esquizofrenia generalmente son muy extraños, pero en este sub-tipo no son tan extraños y están relacionados con el contenido de sus alucinaciones. Las alucinaciones más típicas son de personas conversando. Si las alucinaciones son mas sencillas, como de sonidos o de alguien llamando al paciente por su nombre (especialmente entre algunos grupos latinos), entonces no tan preocupante. Los enfermos con este tipo de esquizofrenia tienen pocos de los síntomas que caracterizan a las otras categorías. Si tienen delirios de persecución y tendencia a la violencia, pueden llegar a atacar a otros o cometer suicidio.
El segundo tipo es la esquizofrenia tipo desorganizado. Las personas con este sub-tipo son desorganizadas al hablar en el sentido de que no hablan coherentemente, desorganizadas en su comportamiento, y muestran poco rango de emociones. Cuando muestran emociones, estas pueden no estar relacionadas con el contexto o la conversación. Pueden llegar a ser tan desorganizados que ni se pueden cuidar a sí mismos.
El tercer sub-tipo es el catatónico. Estos pacientes se ven rígidos, como en estado de estupor. Más que los otros tipos, estos son visiblemente anormales para los demás. Se resisten a ser movidos. A veces se ponen en posiciones muy extrañas o tienen movimientos estereotipados. Pueden repetir continuamente lo que oyen. Sus delirios son muy extraños, como que han sido invadidos por marcianos por ejemplo.
El cuarto sub-tipo es el no diferenciado. Su característica es que los síntomas no caben en ninguno de los otros tipos. Además, tienen que tener por lo menos dos de los siguientes síntomas: delirios, alucinaciones, habla desorganizada, comportamiento desorganizado o catatónico, y síntomas negativos (poco rango emocional, poco movimiento, pensamiento ilógico). En este tipo, ninguno de los síntomas sobresale más que otro para justificar una de las otras diagnosis.
Para cualquier diagnosis, los síntomas deben estar presentes por lo menos un mes y deben ser suficientemente severos como para causar preocupaciones clínicas. Los síntomas no se pueden deber a otra causa, como condiciones médicas, toxicidad o consumo de droga.
Antes se creía que la psicoterapia no era útil para estos enfermos. Naturalmente que las medicinas antipsicóticas son el componente crítico del tratamiento. Sin embargo, se está descubriendo cada vez más que la terapia de grupo y la terapia individual dirigida a modificar comportamientos y pensamientos, así como otros tipos de terapia, son también fundamentales para la mejoría del paciente. Las razones de esto son que las terapias ayudan a mantener al paciente firme con su tratamiento médico, y también ayudan al enfermo a mejorar sus habilidades sociales y ocupacionales.