El deseo sexual inhibido se refiere al bajo nivel de interés sexual, en el cual una persona no comenzará ni responderá al deseo de actividad sexual en la pareja.
Dicha afección puede ser primaria (en la cual la persona nunca ha sentido mucho interés o deseo sexual) o secundaria (en la cual la persona solía sentir deseo sexual, pero ya no lo tiene).
El tratamiento se debe dirigir hacia los factores que pueden estar reduciendo el interés sexual y con frecuencia pueden existir algunos de tales factores.
Algunas parejas necesitarán trabajo de mejoramiento de la relación o terapia de pareja antes de centrarse en el incremento de la actividad sexual. Asimismo, algunas parejas necesitarán que se les enseñe a resolver conflictos y diferencias en aquellas áreas no relacionadas con el sexo.
El entrenamiento en la comunicación ayuda a las parejas a aprender cómo hablar entre sí, mostrar comprensión, resolver las diferencias con sensibilidad y respeto por los sentimientos de cada uno, aprender cómo expresar la ira de manera constructiva y reservar el tiempo para las actividades juntos, al igual que mostrar afecto con el fin de estimular el deseo sexual.
Muchas parejas también necesitarán concentrarse directamente en la relación sexual. A través de la educación y las tareas de pareja aprenden a aumentar el tiempo que le dedican a la actividad sexual. Algunas parejas también necesitan concentrarse en las formas de poder acercarse sexualmente a la otra persona de una manera más interesante y deseable y en cómo rehusar una invitación sexual de una forma más gentil y discreta.
Es necesario abordar directamente los problemas en la excitación sexual o en el desempeño que afectan el impulso sexual.