El cannabis, comparado con otras drogas, ha gozado de relativa buena prensa, principalmente por el desconocimiento de los mecanismos de actuación en el cerebro y por los efectos que produce.
Se ha visto cómo, tanto la Marihuana como el Hachís, inducen efectos crónicos similares a los producidos por otras drogas. Se han demostrado modificaciones comportamentales y moleculares a nivel del Sistema Nervioso Central producido por el consumo continuado de cannabis. Uno de los cuadros más comunes que surge como consecuencia del consumo continuado es el llamado síndrome amotivacional, que consiste en un deterioro de la memoria y la atención y un deterioro cognitivo que afecta al aprendizaje y al funcionamiento general. Apatía, pocas ganas de trabajar, disforia, irritabilidad...
Diversos estudios longitudinales demuestran cómo aquellos/as consumidores habituales tienen más problemas con los estudios, menor integración laboral, ocupan cargos de menor importancia y obtienen menos ingresos. También se ha asociado con mayores tasas de problemas de ansiedad y depresión.