El juego patológico o ludopatía afecta a muchos o todos los ámbitos de la vida de una persona: personal, familiar, profesional, social y/o laboral.
El juego de azar es una actividad normal para la mayoría de las personas, pero para los/as jugadores patológicos supone un patrón de conducta más o menos continuo, caracterizado por la falta de control sobre esta conducta y una implicación cada vez mayor en las actividades relacionadas con la misma. El juego patológico está en general muy relacionado con otras dificultades: problemas maritales, disfunción familiar, aislamiento social, problemas en el empleo, trastornos psiquíatricos... Por lo tanto, será de suma importancia tratar la conducta de juego patológica y las dificultades concomitantes que suelen aparecer.
Se diagnostica ludopatía si presenta 4 de los siguientes síntomas:
- Preocupación frecuente por jugar o por obtener dinero para jugar
- Con frecuencia se juega más cantidad de dinero o durante más tiempo que el que se había planeado
- Existe la necesidad de aumentar la magnitud o la frecuencia de las apuestas para conseguir la excitación deseada
- Intranquilidad o irritabilidad cuando no se puede jugar
- Pérdidas repetidas de dinero en el juego y vuelta al día siguiente para intentar recuperar
- Esfuerzos repetidos para reducir o parar el juego
- Con frecuencia, el juego tiene lugar cuando se espera que la persona esté cumpliendo sus obligaciones sociales o profesionales
- Sacrificio de alguna actividad social, profesional o recreativa importante para poder jugar
- Mantenimiento del juego a pesar de la incapacidad para pagar las deudas y a pesar de los problemas sociales y profesionales originados por el juego.