La Bulimia Nerviosa se caracteriza por la presencia de un ciclo atracón-purgación que se inicia con la ingesta de grandes cantidades de comida seguidas de su purgación con el fin de eliminar las calorías engullidas.
La paciente bulímica se siente insegura sobre su propia valía personal por lo que depende, de forma exagerada, de la aprobación de los otros. Al intentar complacer a los demás, oculta sus verdaderos deseos y necesidades, y como consecuencia de ello, la comida se convierte en su única fuente de confort. El comportamiento alimentario de las pacientes bulímicas se desarrolla de forma diferente a la de la paciente anoréxica.
Como norma general se puede decir que la comida realizada por la paciente, delante de otros/as, suele ser normal e incluso abundante, aunque algunos días ayune o realice una dieta muy restrictiva. Los allegados tardan mucho tiempo en darse cuenta de que algo va mal ya que en reuniones y celebraciones la ven comer normal. Quizás lo único que les puede parecer raro es su comportamiento posterior a la comida. Las desapariciones repentinas y las visitas al baño después de comer, son sorprendentemente frecuentes.
Los criterios diagnósticos (DSM-IV) para Bulimia Nerviosa incluyen atracones repetidos, acompañados de conductas purgativas (vómitos autoinducidos, uso de laxantes y/o diuréticos).
La paciente que desarrolla una Bulimia Nerviosa, sienta las bases de sus atracones tras la realización de dietas o restricciones de alimentos considerados “engordantes”. El impulso del hambre es muy poderoso, y aunque existe un grupo de pacientes anoréxicas capaces de mantener durante largo tiempo una restricción alimentaria, dominando el hambre, lo consiguen mediante un gran sufrimiento y una limitación extrema de su capacidad vital. La mayoría de las pacientes que se meten en la espiral de las dietas, sucumben al hambre y desarrollan un trastorno bulímico.
La mayoría de las pacientes bulímicas comienzan el trastorno después de una comida copiosa, al decidir eliminar este exceso vomitando. Son tan perfeccionistas en lo que respecta a su imagen corporal que nunca toleran lo que han comido en exceso, y deciden purgarse.
De forma súbita descubren que han encontrado el método ideal para mantenerse delgadas sin sufrir. La purgación, como solución a su malestar físico o psíquico, comienza de forma leve y pronto se convierte en un círculo vicioso del que no se puede salir. Durante el atracón suelen comer alimentos combinados y/o grandes cantidades del mismo alimento. Lo más frecuente es que estos alimentos sean aquellos que la paciente ha calificado como prohibidos y ha eliminado de su dieta habitual. Siente un impulso irrefrenable. Come porque siente un vacío insoportable; se aburre, tiene ira, está frustrada, se siente incapaz, sola, cansada, triste, insegura y elude los problemas que necesitan ser resueltos y que afloran cuando tiene un tiempo libre poco estructurado. En su interior, no sabe qué es lo adecuado y qué no lo es; lo que es mucho y lo que es poco; lo que es justo y lo que constituye un abuso. Su insatisfacción hace que se encuentre decepcionada y aburrida; necesita experiencias y sensaciones nuevas para sentirse viva por dentro.
La exageración en la comida busca intensificar al máximo una sensación que compense el hastío. El atracón le calma y ocupa ese vacío; ese tiempo hueco. Quisiera salirse de esto y estar con gente, pero le da miedo que le descubran, que vean quién es ella en realidad. Se siente fracasada y poco a poco su vida se convierte en un caos.
Muchas pacientes utilizan la comida como forma de acompañamiento y sustitución de carencias afectivas. El deseo de ser siempre la mejor, de producir en el otro una admiración permanente, hace que, entre otras razones, la paciente bulímica no establezca verdaderas relaciones de amistad con las demás chicas y sienta una gran soledad. Si acaso se relaciona con alguna, lo hace para competir y demostrar su supremacía. Como consecuencia de esta competitividad, se encuentra muy sola. Aunque los sentimientos de soledad le acompañen constantemente, trata de negárselo a sí misma. Se convence de que sí tiene amigas, cuando no son más que meras compañeras de trabajo o estudio.
A pesar de mantener un peso dentro de los límites normales, existe un grupo de pacientes bulímicas que presentan una distorsión muy grande de su imagen corporal. Es frecuente que la paciente se vea excesivamente gorda y voluminosa, posiblemente fruto del cuerpo que tuvo en un momento de su infancia o de su pubertad. Esta imagen de un cuerpo más o menos obesa, perdura en su mente sin que los nuevos datos calen en su cabeza y corrijan la distorsión.
Los síntomas y complicaciones más graves y evidentes de una Bulimia Nerviosa están relacionados con el ciclo atracón-purgación y la malnutrición: presencia de atracones. comida en secreto, fluctuaciones de peso muy llamativas en poco tiempo y/o ruptura de venas en los ojos. Además, los vómitos autoinducidos afectan a las glándulas salivales, se producen alteraciones en el equilibrio electrolítico y mineral del organismo. Pueden pedir ayuda por sentir fatiga o dolores de cabeza.
A veces se quejan de dolor abdominal, sensación de hinchazón o quemazón en la garganta y hemorragias gastrointestinales. Los laxantes o diuréticos producen un desequilibrio electrolítico, que se expresa en forma de debilidad, palpitaciones cardíacas, arritmias o un edema reflejo. Erosión dental de la parte posterior de los dientes, por los ácidos gástricos. Dermatitis perioral, y puede observarse en sus manos el famoso signo de Russell –presencia de cardenales o callosidades en los dedos o la mano-, secundarios al vómito autoinducido. Tumefacción y alargamiento de las glándulas salivares. Los laxantes provocan alteraciones en el normal funcionamiento del intestino. Complicaciones tales como el desarrollo de un cáncer de esófago causado por el reflujo de la comida, la ruptura del estómago o irregularidades en el ritmo cardiaco (incluso fallo cardiaco) son frecuentes y amenazan la vida del paciente.
Las fluctuaciones de glucosa en sangre pueden afectar el funcionamiento renal, hepático, provocar una diabetes o generar problemas en el sistema inmunológico (estrechamente relacionados con la fatiga crónica que muchas pacientes padecen). Calambres. Estreñimiento alternando con diarreas e incontinencia. Colon catártico. Edemas por acumulación excesiva de líquidos. Hipotensión Ortostática manifestada por mareos, visión borrosa, dolor de cabeza.
Desde el punto de vista psicológico, la posición bulímica comporta alteraciones en el mundo emocional, comportamental y relacional, a pesar de que las pacientes presentan, a menudo, una apariencia saludable y tienen pocos síntomas o signos evidentes de la enfermedad. Generalmente se observan cambios muy rápidos del estado del ánimo y depresión; sentimientos de auto-desprecio tristeza, culpa y odio hacia sí misma; necesidad de aprobación (incluyendo la suya propia) para sentirse bien consigo misma. Auto-valía determinada por la consecución de una silueta delgada. Evitación de comidas en eventos sociales.