Enero tiene mala fama. Tras las fiestas de Navidad, reunidos con familia y amigos, celebrando estas fechas con intensidad, con salidas, con actividades diferentes a la rutina… llega el primer mes del año, que nos baja de golpe a la Tierra. Volvemos a la rutina, a los estudios o al trabajo, tenemos que afrontar los gastos generados en las fiestas y muchos son los que cuentan los días en el calendario para ver cuánto falta para las vacaciones…
Asimismo la falta de sol empieza a hacer mella en nuestra producción de vitamina D y los excesos de las Navidades se notan; está comprobado que las grasas transgénicas, el alcohol, el tabaco y todos los dulces empeoran el funcionamiento del sistema nervioso y eso hace que nuestro estado de ánimo también flaquee.
Por otra parte, los propósitos de año nuevo, se pueden convertir, en ocasiones, en una presión añadida para enero ya que en muchas ocasiones, lejos de fijarnos metas alcanzables proyectamos aquello que nos gustaría ser y en la mayoría de los casos es irrealizable.
Además, enero es el mes de las rebajas y el consumo pasa factura a nuestra cartera y a nuestra cabeza; consumir nos da ilusión de control y satisfacción momentánea, es una manera de aliviar ese sentimiento de decepción tan típico de enero.
¿Qué es el Blue Monday?
Seguro que no es la primera vez que escuchas el término Blue Monday. Su traducción es lunes azul (color asociado a la tristeza) y se atribuye al tercer lunes de enero. La creencia popular dice que es seguramente el día más triste del año (vuelta a la rutina, cuesta de enero en el plano económico, resaca emocional…).
Sin embargo, es interesante no dejarse llevar por esta creencia o expectativa ya que puede acabar condicionando nuestro estado de ánimo o nuestro comportamiento como si realmente fuera el día o mes más triste del año.
Bajo todas circunstancias, no es de extrañar que muchos expertos consideren que enero es el mes más duro en el plano emocional e incluso aumentan las visitas al psicólogo a principios de año, quizás como un propósito de año nuevo para intentar estar bien, quizás por toda la acumulación que comentábamos antes.
Bienestar emocional
Hace apenas tres años nos encontrábamos encerrados en nuestras casas sin saber cuándo volvería la normalidad a nuestras vidas. El confinamiento fue clave para que muchas personas se dieran cuenta de la importancia de cuidar nuestro bienestar emocional y supuso un punto de inflexión en el debate público sobre salud mental. Actualmente, gran parte de la población entiende que la salud mental es igual de importante que la física.
Psicólogos en Bilbao
Desde Linares insistimos en la importancia que tiene nuestro bienestar emocional en el resto de nuestro organismo. Por ello, recomendamos acudir a un experto cuando creamos que la situación nos supera, cuando estemos en un callejón sin salida, cuando necesitamos dejar una adicción o superar algún miedo. Los motivos para acudir a un psicólogo son muy diversos: gestión de estrés y ansiedad, gestión de enfermedades propias o de alguna persona cercana…
Tienes la clave para que enero, febrero o cualquier mes sean una oportunidad para empezar a sentirte bien contigo mismo/a.