Llegan los últimos días del año y con ellos, la posibilidad de hacer borrón y cuenta nueva. El 1 de enero no es un día más, tiene algo de simbólico, es el principio de un nuevo mes pero también de un nuevo año, y por tanto, es una oportunidad para realizar cambios y proponerse nuevas metas.
Año nuevo, vida nueva
¿Por qué realizamos propósitos de año nuevo cuando empieza el año? La respuesta es muy sencilla: son una herramienta motivacional, que nos ayuda a no estancarnos, que nos ayuda a examinarnos, a cambiar, a mejorar, a lograr las metas fijadas a base de constancia y positividad…
Son muchas las personas que dan la bienvenida al nuevo año con objetivos como bajar de peso, dejar de fumar, apuntarse al gimnasio, sacarse un título de inglés… Aunque quizás luego, con el paso del tiempo, estas intenciones se queden a medias. Por ello, es lógico preguntarse si es útil o no hacer estos propósitos.
Hacer una lista, ¿sí o no?
Apuntar en una lista las buenas intenciones y que luego se queden guardadas en un cajón es una situación de lo más común. Sin embargo, las listas de propósitos son necesarias porque constituyen una motivación para llevar a cabo aquello que queremos. Escribir nuestros objetivos nos permite planificar en detalle las acciones a realizar y multiplica por 10 la probabilidad de lograr el objetivo planteado, según un estudio publicado en el Journal of Clinical Psychology por el psicólogo estadounidense John Norcoss, de la Universidad de Scranton (Pensilvania).
Nochevieja es una velada llena de gestos; despedir el año con un menú especial, comerse las uvas al ritmo de las campanadas, brindar con la familia y amigos, ponerse ropa interior roja… Escribir una lista de propósitos puede ser una nueva costumbre para empezar el nuevo ciclo con extra de motivación, la compañera necesaria para llegar a la meta.
6 consejos para llegar a cumplir los propósitos de año nuevo
Es obvio que para hacer cambios y conseguir objetivos, no basta con escribirlos en un papel. Es necesaria una gran dosis de fuerza de voluntad, constancia y esfuerzo. Según los expertos, se tarda un promedio de 66 días en crear un nuevo hábito, de manera que no debemos rendirnos antes.
Algunos consejos para llevar a buen puerto tus intenciones pueden ser:
1. Ser realista
La primera regla para alcanzar un propósito es que sean realistas y factibles; no se puede pretender casarse y tener tres hijos cuando ni siquiera se tiene pareja. Es mejor empezar por objetivos que sí sean viables; por ejemplo, estar abierto a conocer a gente, apuntarse a quedadas y a actividades…
2. Priorizar
Quien mucho quiere poco abarca, por eso es necesario saber anteponer aquellas cosas que más nos interesan de las que son secundarias. Mejor concentrarse en un solo objetivo a la vez. Quizás, si has decidido perder peso en un momento de mucho trabajo puede ser difícil llevarlo a cabo y que el desánimo te invada. Por ello, es preferible ir dando pasos pequeños pero firmes.
3. Tener una estrategia
Si tu objetivo es cambiar de trabajo no vale sólo escribir la frase. Se trata de desarrollar una planificación para lograrlo: cuándo y cómo actualizarás el currículum y Linkedin, qué tipo de sector quieres para tu nuevo trabajo, cómo te pondrás en contacto con nuevas empresas, qué formación puedes añadir a tu perfil para lograrlo…
No tener una estrategia es una de las causas más frecuentes por la que los propósitos de Año Nuevo se quedan en meros deseos. En consecuencia es recomendable redactar una programa a seguir, marcando unos plazos que pueden ir adaptándose durante el año.
4. Visualilzar y comunicar las intenciones
El hecho de visualizar tus objetivos y expresar a otras personas cuáles son tus propósitos te ayudará a ser más constante en la consecución de tus metas. No sólo sirve de empuje a la hora de pelear y no rendirse sino que, además, el apoyo emocional de quienes te rodean amplía tus motivaciones y te llenará de fuerza.
En los últimos tiempos se ha puesto de moda crear un ‘vision board’, es decir, diseñar un tablero de visualización donde proyectamos todo aquello que nos gustaría conseguir a través de imágenes y de frases. Se trata de una herramienta de motivación que nos permitirá vislumbrar, recordar y caminar hacia estas metas personales. Hay muchos tutoriales en Internet que te guiarán, paso a paso, para elaborar tu propio vision board.
5. Positividad
En la persecución de nuestras metas es normal que haya intentos fallidos, sin embargo, lejos de desanimarnos, tenemos que centrarnos siempre en los resultados obtenidos. Seguir creyendo y visualizando el objetivo, permitirse desviarse para volver a encarrilarse, tener paciencia con uno mismo… Quererse y ser positivo, lo estamos intentando y eso es mucho más que pretender que las cosas sean diferentes sin hacer nada para que cambien.
6. Objetivos trimestrales
Por último, una buena idea es marcarse un objetivo trimestral que te ayudará a visualizar cuál es la meta que deberás seguir mes a mes para obtenerlo. Dividir los objetivos por trimestre, te permite concretar más y establecer una planificación más concreta hacia tu propósito final.
Aunque cualquier día del año es un buen comienzo para perseguir nuestros sueños, podemos aprovechar esta Nochevieja para reflexionar qué esperamos del 2023 y cómo nos gustaría vernos y sentirnos. Visualizarlo, escribirlo, planificarlo y contarlo nos ayudará paso a paso a conseguirlo. ¡Feliz entrada de año!