Para muchos el año no empieza el 1 de enero después de comer las uvas sino la primera semana de septiembre. Quizás lo asociemos al nuevo curso escolar, pero la verdad es que, tras el parón veraniego para desconectar y coger fuerzas, el noveno mes se presenta como el momento idóneo para arrancar con nuevos proyectos, ilusiones y propósitos. Sin embargo, el recuerdo de las vacaciones, la libertad de horarios y la disminución progresiva de las horas de sol pueden entorpecer ese impulso brillante que queremos conseguir. Por ello, queremos ofreceros 10 consejos para volver a la rutina tras las vacaciones y evitar el síndrome postvacacional.
1. Sé positivo/a
La mente tiene un gran poder, entre ellos, la capacidad de hacernos sentirnos bien. Todos tenemos la capacidad de elegir nuestras emociones y forma de pensar; se trata de poner el foco en el aprendizaje y la parte positiva de las cosas. Por ello, tener una actitud positiva ante la vida, ante la vuelta a clase, al trabajo o a la rutina, nos ayudará a llevar mejor ese tránsito a la normalidad.
Puede que dé mucha pereza volver a despertarse pronto, ir al gimnasio, regresar a la oficina… pero hay que pensar que esos tramos que ahora resultan pesados, los hacíamos sin demasiado esfuerzo hace unas semanas. Ser optimista, esperar lo mejor de las cosas (siempre con los pies sobre la tierra) nos ayuda a andar por el camino correcto.
2. Establece metas
Lo mejor para empezar a andar es dar un paso, después otro, luego uno más… y así la carrera coge cadencia sin grandes sobreesfuerzos. En septiembre debemos establecernos pequeñas metas diarias, que sean realistas y asequibles. Hoy hacer la compra de la semana, mañana ir a correr durante 30 minutos, pasado, ir a ver a los padres…
Cuando tenemos mucho trabajo por delante cuesta pensar en cosas particulares y es muy fácil agobiarse. Ir poco a poco, tener objetivos nos hace sentirnos más seguros y optimistas ante la vida y conquistar cada peldaño nos llena de fuerza y motivación para continuar.

3. Cuida tu cuerpo
‘Mens sana in corpore sano’, una frase milenaria que sigue teniendo toda la vigencia. Hacer ejercicio de forma regular, no sólo es bueno para nuestro organismo sino que beneficia directamente a nuestra cabeza. Tras el parón del verano puede costar volver a la rutina del deporte, pero hacerlo de manera gradual e ir ganando intensidad permitirá que nuestro cuerpo se vaya adaptando poco a poco.
Más allá de los motivos que buscamos en el ejercicio (muscularnos, divertirnos, perder peso, socializar…) la actividad física es un gran higienizante mental que nos ayuda a sobreponernos a las dificultades diarias.
4. Alimentación saludable
En verano todos nos relajamos más; que si comidas con amigos, que si la cervecita, las patatas fritas, el helado… Ahora bien, la vuelta a la normalidad es perfecta para empezar a comer bien y de forma saludable. Una buena idea para no tener que pensar cada día qué vas a comer es planificar cada semana (o incluso cada mes). Se trata de una manera más sencilla de organizarse, saber qué tienes que comprar, te permite variar la alimentación… Incluso puedes dejar todos los tuppers de la semana preparados en una tarde y así tendrás más tiempo libre cada día.

5. Descansa, duerme tus horas
Para que nuestro cuerpo y nuestra mente rindan bien es necesario darles el descanso que se merecen. Cena ligero, evita las pantallas luminosas a última hora y prepara tu cuerpo para dormir. ¿Tienes sueño pero no puedes conciliarlo? En este artículo te explicamos cómo hacerlo. Si tienes que madrugar empieza poco a poco: ve adelantando la hora del despertador de forma progresiva, para que tu cuerpo se adapte sin grandes sobresaltos.
6. Organiza tu agenda y tu email
Si durante las vacaciones recomendamos no mirar el correo electrónico del trabajo para poder desconectar bien, a la hora de volver a trabajar es importante que limpiemos la bandeja de entrada y organicemos nuestra agenda cuanto antes. Seguro que hay muchos correos que no dicen nada; bórralos directamente y evita perder el tiempo en distracciones innecesarias. Una vez te queden los correos más importantes prioriza; cuáles puedes responder, cuáles pueden esperar unos días…Saber qué asuntos son importantes y cuáles no tienen tanta urgencia nos ayudará a focalizar nuestra actividad y seremos más productivos.

7. Sé amable contigo y con los demás
Es importante mantener una actitud positiva y no frustrarse si las cosas no salen como esperábamos a la primera. Date tiempo para volver a la rutina de forma progresiva, sin querer abarcar todo. Planificarse de forma realista es necesario, pero también lo es no agobiarse ni fustigarse si no logras todos tus propósitos. No te juzgues con malos pensamientos, háblate con cariño, como lo harías con un buen amigo. A veces olvidamos la importancia del diálogo interno.
8. Date respiros durante el día
Empezar a trabajar sin interrupciones puede ser demoledor. Date respiros de cinco o diez minutos cada tres horas y utilízalos para despejar tu mente, hacer respiraciones, proyectar en tu cabeza recuerdos bonitos, escuchar una canción que te gusta… Cualquiera de estos ‘breaks’ dará oxígeno a tus neuronas.
9. Orden y paz mental
La gurú del orden, Marie Kondo, defiende que un espacio limpio y ordenado despeja nuestra mente y nos da felicidad. Pero para poder organizar la casa primero debemos tirar todo aquello que no usamos, ni necesitamos, ni nos hace sonreír. Esta tarea puede ser muy abrumadora, por lo que puedes ir ordenando pequeños espacios: empieza por tu escritorio, el mueble del recibidor, los cajones de la cómoda, los del baño… y poco a poco convierte tu casa en tu casa tu templo.

10. No te olvides del ocio
La vuelta de las vacaciones no es lo más apetecible del mundo pero tiene muchas cosas que nos reconfortan: volver a encontrarnos con nuestros amigos, familiares, estar de nuevo en casa, hacer actividades que nos gustan… Todo ello, con una actitud positiva y paciencia hará que la vuelta a la rutina sea llevadera y no, un aterrizaje forzoso.
Aunque septiembre sea el mes de entrar en rutina, no está de más que enriquezcamos nuestra vida con pequeños paréntesis. El ocio es muy importante para mantener el equilibrio mental, así que reserva tiempo para esos momentos de placer mental: ir al cine, leer, tomar algo con los amigos, acudir a una exposición…