Ahora que llega el verano, son muchos los que van al gimnasio para ponerse en forma y lucir su mejor versión. De la misma manera que hacemos con nuestro cuerpo, también podemos entrenar nuestra mente, trabajar nuestro músculo emocional para que gane fuerza, flexibilidad y energía y que nuestro día a día resulte más alegre.
Por ello, tener una actitud positiva respecto a uno mismo, hacia los demás y a la vida en general, ayuda a mantener un estado de felicidad más duradero, sin depender tanto de las circunstancias que nos rodean. Se trata de ver lo positivo de todo y en todo, no dar por hecho las cosas que tenemos; al contrario: ser agradecido cada día con todo lo que somos y tenemos a nuestro alrededor.
A continuación, hablaremos de algunos hábitos que pueden ayudarnos a tomarnos la vida con más actitud positiva y que, si incorporamos en nuestro día a día, irán modificando paulatinamente nuestro estado de ánimo.
1. Aceptarse, quererse
No sólo intercambiamos conversaciones con la gente de nuestro alrededor, también lo hacemos con nosotros mismos. Y a veces, cuidamos más lo que decimos hacia fuera que lo que nos decimos a nosotros mismos. Debemos intentar que este diálogo interior no se tiña de reproches, complejos o culpa porque esto limita nuestra capacidad para ser felices.
Mantén un tono amable y cariñoso contigo mismo, nutriendo tu autoestima. Tú eres único/a y valioso/a. Acepta desde la gratitud lo que tienes, también tus errores y aciertos (todos los cometemos) que te han convertido en la persona que eres.

2. Emanar amor
A lo largo de la historia muchos pensadores, filósofos e investigadores han coincidido en que el amor es la base de la felicidad. Hablamos de AMAR en mayúscula: una relación amorosa -de cualquier tipo, sin que sea necesariamente romántica- propicia la aparición de emociones positivas; y no sólo eso, las integra y las potencia. Por lo que tratar a las personas cercanas con respeto, compasión y cariño, aumenta la base de nuestra felicidad y, además, propiciamos que este amor sea devuelto. ¡Las emociones positivas son muy contagiosas!
3. Saber renunciar para crear
Para gozar de una buena salud emocional es importante saber renunciar a los bienes innecesarios y encontrar la manera de crear y disfrutar con lo que nos queda en cada momento. Sólo así la mente está preparada para el disfrute, sin anclajes.
4. Tener aspiraciones realistas

Cuando alguien tiene una meta, una aspiración o un deseo, tiene mil motivos objetivos para continuar, para seguir, para mejorar. Por ello, saber soñar es una cualidad de las personas felices porque es en el anhelo donde nace la motivación para crecer y alcanzar esos propósitos. También es importante saber marcarse objetivos realistas; de lo contrario, la ilusión puede convertirse en frustración.
5. Aceptar lo que no se puede cambiar
La aceptación es la capacidad para asumir la vida tal como es, tanto en situaciones agradables como en las desagradables. Debemos trabajar la tolerancia y la adaptación para poder superar con mayor éxito algunas situaciones de la vida difíciles y avanzar en nuestro crecimiento personal.
6. Elegir bien a los amigos

Los amigos son la familia que se escoge y por ello, debemos elegir bien a las personas de las que queremos rodearnos. Juntarnos con seres que nos llenan de energía y que sacan lo mejor de uno mismo, tanto en los buenos momentos como en los malos. Estar con personas positivas, transparentes con las que la comunicación fluye de forma fácil y rápida. Rodearse de personas que compartan tus valores es una fuente directa de felicidad.
7. Adoptar hábitos saludables
Las personas felices suelen adoptar hábitos saludables porque aquello que cuida el cuerpo también repercute en la mente. Practicar deporte, comer sano ayuda a encontrarse mejor, reduce el estrés, mejora la concentración, nos divierte…
8. Reírse y reírse mucho

Muchos estudios avalan los beneficios de la risa para nuestro cuerpo, tanto a nivel físico como a nivel emocional. La diversión nos llena de felicidad por lo que estar un poco más relajado y estar abierto a mirar las cosas con un poco de humor nos ayudará a liberar serotonina y endorfinas, dos neuroquímicos relacionados directamente con la felicidad. Además, con un poco de humor las situaciones difíciles pueden destensarse y se llevan mejor.
9. Hacer lo que nos llena
La mayor parte del día la pasamos trabajando por lo que si el trabajo que desarrollamos no nos llena, nos angustia, nos aborrece… es más complicado mantener esa actitud positiva. Por lo que debemos provocar un cambio, ser proactivos para intentar encontrar un trabajo o unos estudios que nos llenen, que nos motiven y que nos pongan alegres. No basta con tener metas, también hay que realizar pasos para conseguirlas.
10. Aprender a perdonar

Saber perdonar es una actitud; consiste en dejar ir la ira y el rencor para dejar entrar la aceptación del daño pasado y poner la mirada en el futuro. El perdón tiene múltiples beneficios pero, quizás, el más importante es encontrar la paz, un requisito clave para la felicidad.
En definitiva, si queremos ser más felices es importante adoptar una actitud positiva, es decir intentar hacer una lectura positiva de todo y en todo, además de no dar por sentado las cosas que tenemos. Ser conscientes de que cada día es un regalo, y por ello es bueno ser agradecido con todo lo que somos y tenemos a nuestro alrededor.