El envejecimiento es un proceso natural de la vida por ello, envejecer de una manera activa es la clave para envejecer de una forma saludable y por ende, fomentar la calidad la vida. Según la Organización Mundial de la Salud la definición de envejecimiento activo es la siguiente: “proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez”.
Las claves del envejecimiento activo son la práctica regular de ejercicio físico, tener unos buenos hábitos alimenticios, mantener la mente activa y la participación social.
Todos sabemos que la práctica regular de ejercicio físico tiene múltiples beneficios a nivel físico y psicológico. Su práctica ayuda en la prevención y rehabilitación de la salud, ayuda a liberar tensiones y tomar decisiones en la vida cotidiana, a la vez que genera un bienestar mental, mejorando la autoestima y la autonomía de la persona, además de fortalecer la memoria, entre otros beneficios. El ejercicio físico es el principal factor de protección frente a enfermedades asociadas con la edad.
Por otro lado, somos lo que comemos. Tener una alimentación saludable es primordial para mantener el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Con una dieta equilibrada se consigue fortalecer el sistema inmunológico reduciendo el riesgo de padecer enfermedades, mejorar la función cerebral lo que genera un aumento de la energía y la productividad y ayuda a mantener el peso adecuado según la edad. Seguir una dieta adecuada ayuda a vivir más años y con mejor calidad de vida.
Es fundamental mantener la mente activa para mejorar el funcionamiento cognitivo y de este modo ralentizar el proceso de deterioro, aumentar la autonomía personal y evitar la desconexión con el entorno. A través de la estimulación cognitiva se pueden mejorar las distintas funciones cognitivas como la atención, la concentración, la memoria, el lenguaje, el razonamiento y el cálculo mediante la realización de distintos ejercicios y actividades de la vida cotidiana.
Por último, la participación social influye de manera muy positiva en la realización de la persona mayor, incrementando su autoestima y la percepción sobre su autoeficacia. Además, realizar actividades con otras personas les ayuda a mantener las relaciones sociales, a disfrutar del tiempo libre y a reinsertarse en la sociedad disminuyendo sus sentimientos de soledad y la aparición del deterioro cognitivo. Por todo lo mencionado, es muy importante cuidarse en todas las áreas mencionadas para conseguir mantener la salud física y mental favoreciendo la autonomía e independencia y mejorando de esta manera, nuestra calidad de vida.