Irene Linares Leonsegui, psicóloga de nuestro centro, ha cursado el primer nivel de terapeuta EMDR (siglas en inglés de Desensibilización y Reprocesamiento por medio de Movimientos Oculares), método psicoterapéutico para tratar dificultades emocionales causadas por experiencias difíciles en la vida del sujeto (recuerdos traumáticos), desde guerras, asaltos y desastres naturales hasta fobias, ataques de pánico, abuso sexual o incidentes traumáticos en la infancia.
Este método sirve también para:
- Aliviar la angustia de hablar en público
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Mejorar el rendimiento en el trabajo, en los deportes y en las interpretaciones artísticas.
El modelo está basado en la filosofía de que los seres humanos son capaces, bajo condiciones apropiadas, de moverse naturalmente hacia una mayor salud e integración. Por ello, es utilizado para resolver material emocional perturbador derivado de eventos perturbadores o traumáticos y también como medio para potenciar estados emocionales positivos, con el fin de facilitar el crecimiento natural y el proceso curativo.
En 1987, Francine Shapiro, psicóloga norteamericana, descubrió que los movimientos oculares voluntarios reducían la intensidad de la angustia de los pensamientos negativos e inició una investigación con sujetos traumatizados en la guerra de Vietnam y víctimas de abuso sexual para medir la eficacia del EMDR. Comprobó entonces, que se reducían de manera significativa los síntomas del Trastorno por Estrés Post Traumático en estos sujetos.
Dentro de cada persona existe un sistema de procesamiento de información fisiológico (PAI) por medio del cual las nuevas experiencias e información son normalmente procesadas a un estado adaptativo, es decir, son asimiladas como un recuerdo saludable. La información es almacenada en redes de memoria que contienen pensamientos, imágenes, emociones y sensaciones relacionadas (ligadas entre sí). De esta manera, el resultado de un procesamiento adaptativo es el aprendizaje, la liberación de aflicción emocional, y la habilidad de respuestas adaptativas y entendimiento. Las experiencias traumáticas y las necesidades interpersonales no satisfechas persistentemente durante periodos cruciales del desarrollo, pueden producir bloqueos en la capacidad del SPIA para resolver eventos perturbadores o traumáticos.
Cuando la información almacenada en redes de memoria relacionadas a una experiencia perturbadora o traumática no se procesa totalmente, produce reacciones disfuncionales, como miedo, pánico, tristeza profunda, sueños repetitivos relacionados con la experiencia, evocación involuntaria de imágenes sobre el recuerdo (flashbacks), entre otras.
Lo que se hace con EMDR es estimular -mediante movimientos oculares o cualquier otra estimulación bilateral- el PAI, la capacidad natural del cerebro humano, para que la información que ha sido almacenada disfuncionalmente se reprocese, es decir, se reorganice a nivel cerebral, de manera que pueda asimilarse la experiencia y así poder recordar el evento traumático con el menor dolor posible. De esta forma, el recuerdo traumático deja de afectarnos en el presente.
La investigación científica ha establecido que el EMDR es efectivo tanto para el estrés post traumático como para otro tipo de patologías como:
- Ataques de ansiedad o pánico
- Desordenes disociativos
- Duelos – pérdidas
- Temor a una intervención quirúrgica
- Fobias
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Miedo irracional.
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