Aunque la mayoría de la gente crea que el cannabis no es adictivo, sí que lo es, la dependencia del cannabis es una enfermedad médica reconocida y se cree que va en aumento en muchos países. La razón de que pensemos que no es dañino es que como su uso se han generalizado mucho éste nos resulta cada vez más aceptable.
La adicción la causa el componente tetrahidrocannabinol (THC) presente en el cannabis. El THC se parece a algunas de las sustancias que las neuronas producen para comunicarse entre sí, provocando que el THC se una a los receptores de las neuronas y alterando gravemente el funcionamiento del cerebro.
¿Cuál es la diferencia entre dependencia y adicción?
Se tiende a pensar que la adicción es un fenómeno físico, mientras que la dependencia se refiere a un estado psicológico, y es justo al revés. La adicción se refiere a un comportamiento compulsivo que hace que un individuo busque repetidamente un estímulo específico, y la dependencia se refiere a un estado fisiológico en el que el individuo no puede funcionar normalmente sin consumir una sustancia en concreto.
¿Qué efectos puede causar la dependencia al cannabis?
Muchos consumidores ocasionales creen que el cannabis puede provocar dependencia fisiológica. Muchos piensan que simplemente no causa ningún tipo de dependencia, sin embargo, existen diferentes estudios que demuestran que en los consumidores habituales se produce la abstinencia y otros síntomas.
Es posible llegar a ser tanto adicto como dependiente del cannabis. Los consumidores con fines lúdicos comenzarán a mostrar un comportamiento adictivo, y después de un consumo excesivo y prolongado se vuelven dependientes. Al igual que con otras drogas, cuando se aplica al cannabis el diagnóstico de la dependencia de sustancias, conlleva elementos tanto de la adicción como de la dependencia física. Sin embargo, es mucho menos probable que el cannabis cause adicción y dependencia en comparación con otras drogas, incluso con aquellas que son legales.
Efectos psíquicos: El cannabis distorsiona la percepción estropeando la sensibilidad, disminuye la memoria y la voluntad, dificulta pensar, aprender y tomar decisiones, produce ansiedad y agresividad alterando el equilibrio psíquico. El cannabis crea dependencia psíquica disminuyendo la libertad mientras el afectado piensa que sucede lo contrario. Causa daños cerebrales. Aumenta el desorden personal y se deteriora el aspecto externo. Los brotes psicóticos son habituales entre los consumidores de cannabis.
Síndrome Amotivacional del Cannabis: el consumidor de cannabis desarrolla gradualmente una disminución del interés por actividades saludables: estudio, deporte, actividades y amistades sanas.. Siente que los estudios, el trabajo, la familia, el ocio saludable y sus amigos sanos no le “llenan”. Hace muchos planes, pero normalmente nunca los llega a realizar. Una sensación de vacío hace su vida desagradable. Solo el consumo alivia esa sensación. Pierde interés y motivación para centrar la atención en la droga y sus rituales.
Efectos sociales: El cannabis produce disgustos familiares, inestabilidad laboral, pérdida de capacidades profesionales, actos delictivos… Como comentábamos antes, se produce un aislamiento en grupos de consumo. Poco a poco, su círculo de relaciones va quedando limitado a sus “colegas” de consumo. Para paliar este efecto el adicto va aumentando el consumo de porros o incorporando otras sustancias como alcohol, éxtasis, anfetaminas,cocaína…