El cuadro de Trastorno de Estrés Postraumático (TEP) surge en 1980 de manera oficial para reconocer las alteraciones emocionales que surgen en las personas que han estado directa o indirectamente expuestas a un acontecimiento traumático y han experimentado un terror muy intenso. Este cuadro se incluye dentro de los trastornos de ansiedad e implica una alteración con los siguientes síntomas:
– Pensamientos intrusivos y recurrentes a cerca del suceso estresante. (También en forma de pesadillas)
– Sensaciones recurrentes de ansiedad y pánico
– Estado continúo de alerta o hipervigilancia
– Dificultad para conciliar o mantener el sueño
– Aislamiento social
– Respuestas exageradas de sobresalto
– Fobias o conductas de evitación dirigidas a no reexperimentar lo sucedido
Estos síntomas pueden variar de duración, cuando es menos de 3 meses se habla de estrés postraumático agudo, y si se prolonga a más de 6 meses hablamos de crónico. También puede pasar que los síntomas comiencen después de 6 meses del suceso traumático, a que se le denomina de inicio tardío.
El tratamiento psicológico es de vital importancia en estos casos, ya que un cuadro de estas características puede derivar en una Depresión Mayor, enfermedad compleja y grave que supone un deterioro de la calidad de vida y la autoestima de la persona de forma muy patente, hasta el punto de anular el instinto de supervivencia de quien la padece.