"Volar puede ser una experiencia maravillosa o una carga, un sueño o un verdadero trauma". Lo que para algunos es una experiencia fascinante, para otros puede ir intrínsecamente unido a un sentimiento de miedo. Ciertos estudios internacionales presentan pruebas de que aproximadamente la cuarta parte de los pasajeros de un avión, y a veces la mitad, experimentan miedo a volar o síntomas muy similares a éstos.
Por miedo a volar entendemos una inquietud permanente y desproporcionada que surge antes del vuelo y que lleva a un deseo apremiante de evitar la situación. La escala de reacciones que se produce ante el miedo va de leves sensaciones de angustia hasta el pánico.
A muchas personas les tiemblan las rodillas ante el solo pensamiento de tener que subir a un avión. Pero cada día emprendemos, con total convenciemiento, riesgos mayores que el simple hecho de volar.
El miedo es algo natural, y a ello se debe que no queramos perder del todo ese compañero de vida tan útil. Por lo tanto, es más práctico reconducir a una medida soportable nuestro miedo cuando volamos. Admitir el miedo no debe significar caer en el pánico, sino aprender a influir en el proceso de miedo y controlarlo, hasta cierto grado, para evitar que se dispare.
TÉCNICAS PARA SUPERAR EL MIEDO A VOLAR
Relajación de la musculatura profunda.
Respiración
Poner freno a todos los pensamientos. Si en la mente aparecen pensamientos no deseados, desgradables sobre el vuelo, darse la orden de STOP.
Evaluar la situación con realismo. Recordar lo que el comandante ha explicado sobre la seguridad y transcurso del vuelo, ruidos, etc.
Convertir los pensamientos negativos en positivos
Admitir las sensaciones y describirlas. Aceptar la tensión, el miedo. Ser consciente de esa sensación y describirla. Es posible dialogar con el miedo.
Llevar los pensamientos desagradables a buen puerto. No dejarse intranquilizar, y aceptar conscientemente lo que ocurre en su interior. Dejar aflorar imágenes y sensaciones.